Abundan las discordias en un corazón juvenil, abundan, por ende, confusiones de toda índole. A veces cuando dos puntos de vista - independiente del contraste entre las personalidades de los interlocutores – se encuentran… más parece que se enfrentan y aíslan. Se me antoja pensar que no hay un ánimo de consenso, pero no es tan así: hay una inefable relación de argumentos y contraargumentos ¡orientados primordialmente a no perder!
Ahora bien, es natural que exista un juego de voluntades: uno de ambos debe ceder. Es inherente al ser humano el no dejarse domar cuando se encuentra en su juventud; esto se debe, creo yo, a que se trata de una época de plenitud y apogeo de placeres, capacidades y emociones: ¿Quién querría ser importunado en vacaciones? Ni hablar de Razón, humildad o derroche de lo nuestro en los otros, a saber, de verter algo de Nada en el cóncavo mar que nos inunda: el mar de quien discute con nosotros.
Como iba diciendo, la única forma de socializar que nos queda es el rencor, el picarse con el otro. No tiempo para retroceder, no a la paciencia ni la sumisión de aceptar un buen criterio que no provenga de nosotros. Es una excelente filosofía ¿no es así? De ese modo podría atravesar toda nuestra juventud y gran parte de la adultez sin haber asimilado discernimiento alguno que no provenga de libros, televisión, rumores, especulaciones de terceros etc. (los rumores y especulaciones son siempre bienvenidos para los jóvenes, pues vienen de terceros, pero no de cualquier intermediario: es un anónimo. Por ser anónimo no te avergüenza darle en la razón ¿no? Él no sabrá que te sometiste a su opinión. Deduzco de ello que existe también un anhelo a compartir nuestras verdades con otros, pero somos demasiado ególatras y miedosos para hacerlo con nuestros pares, incluso nuestros seres queridos).
Así, pues, la politiquería gana terreno, la iglesia mantiene su elite, los pacifistas siguen dándose la mano con los terroristas y la pobreza carcome hasta el último rincón de la tierra mientras los huevoncitos (supuestamente) con gran capacidad, su enorme capacidad crítica y sus conocimientos se cierran ante la riqueza exótica de sus pares.
No niego que haya algunos espíritus superiores a otros, mas tampoco niego que el mundo se cae a pedazos mientras encubrimos el odio y ensordecemos la razón con niñerías. Bueno, después de todo…dicen que la juventud es un error que se corrige con el tiempo.
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