Una parte importante del calendario se perderá
y las lunas restantes lo lamentarán intensamente.
La tonada que tocará la orquesta
infundada en sus trajes de luto,
llevará al decimoprimer mes pacíficamente
a un lugar muy alto.

El crisantemo junto con sus hojas morirá,
y caerá al suelo donde los ojos rojos yacen.
Aún así su posición superior permanecerá intacta,
aunque sus extremidades quedarán
reducidas a la mitad.

Disfrutemos del drama que se llevará a cabo
entre dos actos
Sería aconsejable buscar nuevos amigos.
Si piensa enfrentarlos sería aconsejable
contar con un grupo,
Porque ésto te llevará a enfrentarte con aquel
que has estado esperando.

Problema de la metafísica: definición, aspectos históricos, el problema crítico y posibles soluciones

Ante un discurso que se hace patente mostrando la historia de una error en todos sus sentidos, que no ha llevado más que al sin sentido ilusorio, destruyendo así un mundo que cada vez se va convirtiendo en un ideal que hasta el momento parecía real, al ser algo que busca un principio que lo explique todo; se han transvalorado los valores: lo que era real ahora es ilusión y lo que parecía ilusión ahora es real, se produce un mundo. Ante esta inicial visión de algo que solo ha enmohecido todo, deja en sospecha esto llamado metafísica, en cuenta se refiere a un ir más allá de la experiencia, más allá de las impresiones sensibles que entrega un mundo inmediato. Es así como la Metafísica aparece como un concepto conflictivo en sí mirado históricamente al ya no presentar límites entre lo que es un “mundo comprobable y uno que no lo es”, presentando esto una cierta sospecha.

Para el hombre es inherente el hacerse preguntas que no poseen una respuesta empírica, sobrepasando así todas sus facultades, es aquí cuando se le atribuye un valor metafísico en tanto su propia capacidad se encuentra superada, formulando principios que se encuentran lejos de lo empírico, así se van formulando distintas hipótesis al respecto, haciendo del terreno metafísico un verdadero campo de batalla en donde se disputa la verdad sobre ella, ya que al no ser comprobable empíricamente se pueden emitir juicios no comprobables, esta guerra escolástica le causa un descrédito: entre dogmáticos (racionalistas) y escépticos (empiristas) que los primeros intentan hacer un uso despótico en tanto se intenta asentar un conocimiento hasta que se llene de polvo y los segundos que van destruyendo estos asentamientos recién nombrados, en tanto que unos proclamaban a está metafísica otros decían que había que quedarse sólo con lo empírico. Estos no hacían más que ver el monopolio de sus escuelas no el bien del hombre.

Es así que se va formulando la historia del descrédito de la Metafísica. Un tiempo se le pensó como la reina de todas las ciencias al verla como aquella que cruzaba todos los objetos con sus principios; todas las ciencias en alguna manera se rigen por ella, pero al ir de a poco siendo abordada por escuelas que les fueron dando su valor o más bien desvalorando al hacer pugna entre su valor de verdad. Al ir volviendo especulativo todo lo que salía de ella viéndola solamente como una mala lengua que habla a partir de meras suposiciones acerca de todos los conocimientos, se hace uso de los principios de la razón indiscriminadamente en donde ni siquiera la misma razón se da cuenta de este mal uso, sobrepasando según esta forma sus límites al ser un solo andar a tientas especulativo, causando esto un descrédito, en donde su historia se toma como el desprecio de un corpus que puede experimentar, del corpus como conocedor apelando a una razón que puede conocer más allá de un corpus limitado por los principios sensibles, pero sólo se ha sabido del mundo a través de ese corpus desacreditado que demuestra lo que se experimenta. Por esto se pretendió una cierta indiferencia frente a este fenómeno llamado metafísica, ¿hasta que punto se puede ser indiferente a lo que nos dicta nuestra propia naturaleza?

“Es obvio que tal indiferencia no es efecto de la ligereza, sino del Juicio y juicio maduro de una época que no se contenta ya con un saber aparente; es, por una parte, un llamamiento a la razón para que de nuevo emprenda la más difícil de todas sus tareas, a saber la del autoconocimiento y, por otra, para que instituya un tribunal que garanticé sus pretensiones legítimas y que sea capaz de terminar con todas las arrogancias infundadas, no con afirmaciones de autoridad, sino con leyes eternas e invariables que la razón posee”

Desde tiempos ajenos se ha hablado de buscar la verdad acerca de las cosas, de un algo que cruza todo, que le da sentido al mundo, ha sido ésta pues una necesidad que traspasa incluso las épocas llámese apeiron, aire, agua, etc. Esto significaba un buscar fuera del sujeto, un algo que le fuera exterior y que conformara todo objeto posible, pero surge una nueva posibilidad que habla de buscar esa unidad no fuera del sujeto sino en él mismo: la razón.

Esta una nueva visión que no se encuentra desgastada por la carga histórica del desprecio sino de una nueva posibilidad que es la que nos habla Kant: la naturaleza de la razón es cuestionarse el mundo y en esto mismo se encuentra con cuestionamientos que no tienen respuesta empírica alguna; esto significa que la disposición natural del hombre es tender hacia la Metafísica para encontrar respuesta a estas interrogantes. Es así también como en este buscar respuestas se intentan imponer unas sobre otras frente a este tema de la Metafísica convirtiéndose así en un campo de batalla escolástico. También como Metafísica de la naturaleza; esto quiere decir que sus principios provienen de ahí.

Mediante la crítica de la razón pura se quiere liberar al hombre de las opiniones que la escolástica llenó, para esto Kant se pregunta por el límite de la razón en cuanto la experiencia: ¿Cuánto soy capaz de conocer? El responder a esta interrogante significa poner en práctica la crítica, para saber el hasta donde; el mismo reconocimiento de un límite es el reconocimiento de la finitud humana frente a los problemas metafísicos y racionales, esto es, ver hasta que punto la razón puede hablar con verdad sin tener contacto con la experiencia. Así es como en cierta manera encuentra el modo de acabar con ciertos errores que no han hecho más que dividir a la razón en cuanto a su uso empírico, queriendo así acabar con los mal entendidos de los que se había hablado hasta ahora sobre la Metafísica. Esto consiste en un mismo prescindir de la experiencia apelando a la razón como unidad de conocimiento de todo lo empírico en tanto funda principios universales y necesarios para todo objeto, ya no se necesita buscar fuera del sujeto , fuera de la razón para encontrar verdades a priori, es decir, anterior a cualquier experiencia. Este cambio se produce a no mirar ya desde la teoría sino desde algo que salve el descrédito del valor de verdad de la metafísica; esto es la razón, desde una crítica que sirva de colador para encontrar lo necesariamente verdadero, lo que constituya lo real desde un principio necesariamente válido, esto es la razón pura en tanto se encuentra en ella todo principio que cruza todo, ella constituye lo real, en tanto se es sujeto trascendental (que va más allá de lo empírico) que constituye lo real como conocimiento puro práctico.

“En efecto la Metafísica no es más que el inventario de todos los conocimientos que poseemos, sistemáticamente ordenados por la razón pura”

No hay nada que pueda escapar a esto porque esta formado por conceptos puros a prioris que constituyen lo real, aquello de la experiencia, lo a posteriori, encontrando así un camino seguro, enseñado por un método que no es un andar a tientas que toma todos los terrenos posibles ya que los objetos tienen algo de nuestra razón a priori que los determina, antes se caía en el error de traspasar el límite del conocer que hacia nada más que retroceder a la Metafísica en vez de buscar algo que lo aguantará todo. El mundo no es independiente de nosotros, lo constituimos a través de las formas a priori. Desde esta nueva visión se le da una posibilidad a la Metafísica: mirarla desde el sujeto. Cimentar las bases sobre las teorías de la racionalidad. Aquí no hablamos de un sujeto contenido en un predicado, esto es en palabras comunes que están representadas en ellas mismas sino de un predicado que habla de un más allá del sujeto, no de un juicio analítico sino de uno sintético, que va más allá de su sujeto. En los juicios sintéticos a priori el predicado hablaría de un más allá de la experiencia: “todo lo que sucede tiene su causa”, habla de una generalidad que representa un criterio de verdad que tiene que ser así necesariamente.

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